9/24/2020
Refugio UrbanoEl proyecto se sitúa en un terreno de 9x16 metros, muy cerca del arroyo La Cañada, Córdoba (Argentina). Se trata de crear un pequeño refugio urbano de uso mixto, en el que el cliente pueda desarrollar tanto su faceta laboral como su vida cotidiana.Vista aéra del entorno. Fotografía: Federico CairoliLa intervención apuesta por la renovación del tejido existente, en uno de los tantos espacios residuales urbanos que encontramos. Con el objetivo de hacer su pequeño aporte por detener la constante expansión de la ciudad, se aprovechan los tendidos de servicios e infraestructuras actuales, mejorando y poniendo en valor el patrimonio construido.
Vista de la fachada princial. Fotografía: Federico CairoliEl proyecto parte de una estructura espacial existente que prácticamente cubría la totalidad del terreno. A partir de la acción de comenzar a socavar la masa se definen los patios que estructuran el planteamiento, donde la huella de la preexistencia se manifiesta espacialmente a través de la escala que toma la planta baja.
Vista desde el patio. Fotografía: Federico CairoliTodo el perímetro del terreno se materializa con ladrillo cerámico, el cual se corta en tres partes con el fin de optimizar el material y componer una envolvente cribada de 7,80 m de altura y 11 cm de espesor que define la expresión de la propuesta, resuelve las condiciones de seguridad, le otorga intimidad y construye en su interior una atmósfera espacial de gran calidad.
Vista en perspectiva del patio. Fotografía: Federico CairoliCon la intención de optimizar la superficie acotada de la parcela, el programa se plantea en sentido vertical, en tres niveles superpuestos. Se propone una planta baja libre dividida entre dos patios que permite organizar el espacio de trabajo —estudio de arquitectura—, favoreciendo las ventilaciones cruzadas y una iluminación plena sin la incidencia del sol directo. De esta forma, se define sobre uno de los bordes un paquete de servicios conformado por una cocina, baño y zona de almacenaje, permitiendo el funcionamiento del espacio de trabajo de forma independiente.
Espacio de trabajo. Fotografía: Federico CairoliSobre el primer nivel se desarrolla el área social. En un espacio integrado de estar, cocina, comedor y terraza que se abre plenamente hacia el norte. Se plantea en un entrepiso de doble altura el área privada a modo de dormitorio abierto, con la posibilidad de que en un futuro se pueda cubrir el vacío contemplando un crecimiento de dormitorios.
Espacio interior a doble altura. Fotografía: Federico Cairoli
9/17/2020
Rehabilitación: de granero a viviendaUna edificación agrícola y ganadera de principios del siglo XX ubicada en un pueblo de la Meseta castellana de España ha quedado en desuso. La intervención en la edificación existente se plantea como reciclaje de esta. Se pretende preservar la identidad del espacio productivo y el carácter vernáculo de su construcción.Vista desde el patio. Fotografía: Joaquín Mosquera CasaresPara rehabitar el edificio principal se le dota de luz, agua y calor. Se pretende vivir los distintos espacios según la época del año. La crujía del granero busca preservar la energía térmica mediante la inercia que le confiere el muro de adobe. Se completa la envolvente protegiendo la cubierta con aislamiento e impermeabilización mediante un panel sándwich que incorpora todas las soluciones. Colocado entre la teja vieja y la estructura de troncos y tablero de ripias de madera esta solución técnica pasa desapercibida.
Acceso a la vivienda. Fotografía: Joaquín Mosquera CasaresUn lucernario sobre la escalera, cambiando el panel ondulado por otro de policarbonato ilumina el espacio superior e inferior debido a la ligereza de la escalera de huellas de madera.
Vista interior. Fotografía: Joaquín Mosquera CasaresSe introduce un forjado ligero de viguetas metálicas vistas y panel sándwich para aprovechar la altura libre, sin alterar la volumetría original, pero se mantiene la altura total en los dos extremos del granero, con la escalera a un lado y una habitación para niños en el otro.Esta primera crujía es el ámbito más fresco durante el día en verano y en él se preserva mejor el calor que produce una estufa de leña en el invierno.
Vista interior. Fotografía: Joaquín Mosquera CasaresLa segunda crujía, donde estaba la bodega contaba con tres cerchas de madera. Debido a las goteras, una de ellas estaba podrida. Se decide quitarla y abrir un patio central que genera un espacio exterior cercano a la cocina, el cual permite disfrutar de las comidas en verano. A ambos lados del patio se consiguen unos espacios luminosos que contrastan con los reducidos huecos del antiguo granero y que permiten crear jardines de invierno y zonas de estancia en los meses más fríos. Esto es posible porque se sustituye la teja vieja y parte de los tableros de ripias por paneles de policarbonato celular. Se busca aligerar una estructura con síntomas de agotamiento y generar un espacio a cubierto en el que percibir las variaciones lumínicas del espacio exterior. Un espacio membrana, entre el exterior y el interior, un lugar desprogramado para ser utilizado con mayor libertad que una vivienda.Así, un contendor sin uso y deteriorándose, se recicla para volver a convertirse en un espacio habitado.
9/10/2020
Oficinas calle Isla de FloresAldo Rossi en su Autobiografía Científica (1981) apuntaba que toda búsqueda creativa está fuertemente relacionada a una cierta forma de continuidad de la condición material de la arquitectura. Una guía para trabajar sobre lo existente que llamó “principio de continuidad”. Un factor que preside toda construcción, en donde la forma arquitectónica es lo que “permanece y determina la construcción en un mundo en que las funciones están en perpetuo cambio”.Vista del entorno. Fotografía: Federico CairoliEl proyecto trata de la reconversión de un depósito industrial en un edificio de oficinas con el objetivo de dar continuidad a la energía previamente desplegada. Dado que se situa en un entorno urbano mayormente doméstico, se decidió dar cuenta de su uso institucional exagerando las proporciones de las ventanas de la fachada principal.
Vista del patio interior. Fotografía: Federico CairoliEn el acceso, convertido en un gran vacío a triple altura, se introduce la escalera en chapa de alma llena y el ascensor con cabina y hueco totalmente vidriado, como si de un personaje que ocupa el espacio se tratase.Estructuralmente, el deposito constaba de una red de pilares y vigas de hormigón armado que se utiliza como marco para dar cabida al nuevo destino. El proyecto se basa en vaciar y completar esa estructura existente.
Vista interior del acceso. Fotografía: Federico CairoliLa dimensión vertical y la presencia del negro se tornaron en los temas recurrentes en la configuración del proyecto.
Detalle materiales escalera y muros. Fotografía: Federico Cairoli
9/3/2020
Vivienda TLa técnica de compactar tierra húmeda arcillosa dentro de un encofrado y con ello erigir un elemento de separación espacial, parece ser la lógica más pura y más directa para producir una habitación: material natural local, muro portante, envolvente sólido, masa térmica, forma monolítica, homogeneidad y cohesión material.Tamizado de las arenas. Fotografía: Mechthild KaiserTodo eso genera estética, desde su sencillez, humildad y honestidad hasta su fuerza de expresión. Ganar experiencia en esta técnica hasta culminar en una casa completa de tierra apisonada ha sido origen y motivo para este emprendimiento, desde la conceptualización del proyecto hasta la finalización de la obra. La inspiración vino del gran patrimonio arquitectónico de tierra en el Valle de Cinti (Chuquisaca, Bolivia), bodegas de vino y singani (bebida alcóholica boliviana), haciendas e iglesias. Aun en ruinas, o tal vez justo por ello, expresan hasta hoy el espíritu emprendedor y productivo de su tiempo y lugar, reflejo indudable de su entorno natural espectacular. Las ruinas en su forma pura, cuentan su historia, pero también transmiten mensajes a nuestro mundo contemporáneo.
Construcción de la cubierta. Fotografía: Mechthild KaiserLa casa forma parte de un conjunto de construcciones existentes en un terreno grande con parcelas agrícolas y un bosque de eucalipto, que colinda con el rio Guadalquivir por el lado este y con el pueblo de San Lorenzo por el lado oeste. Su uso es habitacional. El lugar ofrece un entorno completamente natural apto para un disfrute activo y/o pasivo, para la vacación o para el tiempo de la tercera edad.
Vista exterior de la vivienda. Fotografía: Mauricio MéndezLa parcela de la casa es cuadrada y fue recortada de un sembradío de maíz, una “Chacra”; un camino de acceso la separa del bosque de eucalipto. La dinámica principal del volumen es en sentido norte – sur, las ventanas principales se sitúan al este y al oeste.
Vista exterior de la vivienda. Fotografía: Mauricio MéndezLa estructura habitacional coincide con la estructura portante. Los muros de Tapial de 36 cm de grosor se ejecutan en forma de U, con sus dos esquinas garantizan una estructura fuerte y rígida. Cada esquina fue tapiada en una sola fase de trabajo, sin juntas. Para la formación de la planta se erigieron cinco de estas Us, dejando vacíos entre ellas, los cuales permiten la transición espacial, la ventilación cruzada y la iluminación natural. Cuatro muros libres de Tapial articulan y extienden este volumen compacto, lo clavan a la tierra en sus puntos extremos y definen las zonas intermedias entre interior y exterior.
Vista detalle de la estructura de la cubierta. Fotografía: Mauricio MéndezCimientos y sobrecimientos corridos de hormigón compactado y una viga anular de hormigón armado conectan todo en sentido horizontal. El objetivo del primero es elevar el muro de tierra por encima de la zona de humedad, el segundo cumple además la función de dintel para ventanas y puertas.
Acceso. Fotografía: Mechthild KaiserEl cuerpo solido central da referencia a las casas tradicionales, las extensiones hacia el espacio exterior son interpretaciones de patio y galería como distintivos de la vivienda rural. Todo eso se encuentra en un contraste sorprendente con los muros de tapial. Su forma geométrica perfecta que muestra al mismo tiempo una superficie llena de vida provocada por sus irregularidades naturales. La estructura horizontal de la tapia resulta del proceso particular de apisonar la tierra en capas. El color y la textura de la superficie resultan directamente de la mezcla de la tierra y la arena gruesa y fina.
Vista del interior. Fotografía: Mechthild KaiserLa tecnología del tapial es muy laboriosa y requiere de disciplina y precisión en el trabajo, sin embargo este proceso se compensa con el bajo coste de la materia prima, un mínimo impacto para el medio ambiente y grandes resultados al finalizar la obra.
7/30/2020
3 Ascensores de ValparaísoHubo alguna vez un sistema de ascensores, más bien funiculares, que subían por las faldas de los cerros de Valparaíso hasta llegar a las casas de colores desde donde se podía contemplar el plan urbano, el puerto y el mar. Los ascensores porteños son uno de los símbolos más característicos e iconográficos de la ciudad, cada uno de ellos tiene su propia evolución y en su conjunto, son parte de la historia de Valparaíso y su desarrollo industrial, evidenciando también problemáticas sociales y económicas que sufre la ciudad. Pero más allá de tener un enorme valor patrimonal y social, estos artefactos surgen, evolucionan y forman parte del sistema de transporte público para los habitantes de la ciudad y los visitantes.Contexto urbano ascensor Cordillera. Fotografía: Aryeh KornfeldDe treinta ascensores que alguna vez hubo, sólo seis se encontraban operativos y otros se encuentran en demolición, inhabilitados o en abandono. Ante esta situación de decadencia, el Gobierno de Chile llama a concurso público para recuperar e integrar a la ciudad nueve ascensores, de los cuales tres fueron reconstruídos por Cristóbal Tirado, Silvia Barbera y Jorge Batesteza.
Antecedentes. Imagen cedida por los arquitectosLa rehabilitación de los ascensores Concepción, Cordillera y Espíritu Santo busca restaurar, poner en funcionamiento e integrarlos a los actuales ascensores en operación del sistema de transporte público, actualizando su funcionamiento y poniendo en valor sus características patrimoniales. El proyecto nace con el objetivo de rescatar y dar un nuevo ciclo de vida útil a los tres ascensores. Verdaderos iconos del puerto, tres de los más antiguos construidos en la ciudad —1883, 1886 y 1911 respectivamente— y que han experimentado la evolución tecnológica del sistema mecánico de funcionamiento.
Rótula urbana, ascensor Cordillera. Fotografía: Aryeh KornfeldComo 'criterios de intervención', se defininieron varios conceptos a considerar: la consolidación del ascensor como sistema de transporte, el rescate del Patrimonio Industrial, la puesta en valor de los vestigios de la Memoria Histórico Evolutiva del ascensor, y la recuperación del rol histórico del conjunto como pieza de desarrollo urbano. Para ello se subdividió cada ascensor en cinco partes: estación inferior, plano de rodadura, máquina, carros y estación superior.
Detalles interior del ascensor Concepción. Fotografía: Aryeh KornfeldA las estaciones inferiores se accede por los espacios intersticiales de edificios existentes, por tanto se propone consolidar los muros medianeros como perímetro natural, liberándolos de programas y otorgando continuidad material entre interior y exterior. En los planos de rodadura se consolidan estructuralmente los soportes y el sistema de rieles. Por otro lado, la máquina mantiene el sistema electro-mecánico, incorpora sistemas de seguridad actuales y recupera y reemplaza componentes y piezas mecánicas.
Estación superior del ascensor Concepción. Fotografía: Aryeh KornfeldPor último, en la estación superior, se exhibe la máquina como puesta en valor del patrimonio industrial, se consolida su condición de rótula urbana implementando nuevos programas en los recintos en desuso, se recuperan y respetan los volumenes históricos y se mejoran las condiciones de accesibilidad a la estación, a los carros y los distintos niveles.Dada la condición industrial de los ascensores como Patrimonio Nacional y de la UNESCO, la intervención proyectual propone la máquina y el sistema electro-mecánico como pieza museográfica en funcionamiento y exhibición, definiendo con ello toda la operación proyectual. Tras un preciso estudio mecánico, se definieron las piezas a mantener, recuperar y reconstruir.
Interior de un carro en el ascensor Espíritu Santo. Fotografía: Aryeh KornfeldLa reconstrucción de los carros recupera la ingeniería naval característica del puerto y los materiales industriales, incorporando la condición de miradores móviles del puerto. Las innovaciones tecnológicas se relegan a los sistemas de seguridad, que fueron adaptados y actualizados, y también a la adaptación de las estaciones a la nueva solicitud de accesibilidad universal. Por último, se tomó la decisión de preservar la existencia de los operarios como Patrimonio Cultural Inmaterial a pesar de que la automatización absoluta de los sistemas no requieran de ellos. .
7/23/2020
Salón del CaféEl Salón del Café está ubicado dentro de la finca cafetera Frajares en Nanegalito, Provincia de Pichincha, en una zona a 1.700 metros de altura —de especiales condiciones climáticas—, que permite el cultivo de variedades de café de enorme sabor y aroma. Nanegalito es un lugar cambiante y dinámico, complejo e indeterminado. La finca goza de una condición topográfica extraordinaria: se encuentra en la parte más alta de la zona, situación que favorece las vistas hacia las cadenas montañosas de los Andes y hacia la costa ecuatoriana.Vista exterior del Salón del Café. Fotografía: Felipe PalaciosA través del recorrido por la plantación, que se desarrolla en una serie de colinas con pendientes pronunciadas, se identificaron varios puntos de interés para generar inserciones arquitectónicas estratégicas en el paisaje. Mediante el desarrollo de operaciones complementarias de paisajismo y arquitectura, se quiere contar una historia de sensaciones en torno a la experiencia del café, los procesos de producción, cosecha, poscosecha, secado, tueste y molienda. El Salón del Café es el primer paso de una estrategia más amplia planteada para la finca: el cafetal contará con una tienda/museo, cafetería y senderos interpretativos que complementarán la experiencia del café.
Detalle de apoyo sobre el terreno. Fotografía: Felipe PalaciosDesde el inicio, la idea fue introducir quirúrgicamente un elemento arquitectónico singular y volumétrico de pequeña escala, que se conectara en diferentes niveles con esta experiencia del café. El Salón revela el paisaje como un mirador cubierto, un refugio que invita a mirar el entorno con ojos frescos. Se implanta cuidadosamente en una zona alta donde empieza una pronunciada pendiente y paralelo a una hilera de alisos existentes, que brindan sombra y abrazan el volumen.
Vista interior del Salón del Café. Fotografía: Felipe PalaciosEl Salón se compone de un solo volumen alargado que se separa gradualmente del terreno. Esto obedece a una razón doble: las condiciones climáticas locales y la sensación de levitación deseada sobre el cafetal.La parte frontal es un espacio abierto y transparente. Las mamparas laterales y pivotantes, elaboradas con una delicada carpintería, difuminan los límites del interior y el exterior, y permiten disfrutar de unas visuales interesantes de la plantación, y la cordillera circundante. Por otro lado, los elementos de servicio se han dispuesto silenciosamente en la parte posterior, que corresponden a la zona cerrada de baños y mesones de apoyo. El espacio resultante es versátil, listo para acoger el programa requerido desde salón de cata y maridaje, cafetería, comedor, mirador, y aula.
Área de cafetería. Fotografía: Felipe PalaciosLas soluciones arquitectónicas vernáculas locales, tales como techos inclinados, predominancia de la madera, y separación del suelo, fueron interpretadas en un proceso constructivo meticuloso. Las articulaciones entre los acabados fueron meditadas como un aparejo complejo con distintas naturalezas, — acero, madera, hormigón— donde la protección contra la intemperie era un objetivo primordial.
Detalle de materiales. Fotografía: Felipe PalaciosPor un lado, el sistema estructural de acero fue debidamente modulado para su transporte e instalación en el sitio, procurando optimizar la cantidad de elementos utilizados. La medida de 1.20 metros fue una constante de modulación tanto del acero como de la madera. Las duelas de colorado machihembradas y trabadas se articulan con planchas de acero dobladas sin dejar esquinas expuestas al exterior. En el interior, la cubierta ligera inclinada se ha recubierto de tableros de seike, diseñados para que no existan desperdicios.
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