ARQUITECTURA Y UNIVERSIDAD. SINERGIAS EN IBEROAMÉRICA

3/31/2016

Cosiendo historia es el lema que define un proyecto que tiene como punto de partida la historia del lugar y las preexistencias físicas que todavía se conservan, tales como pozos ibéricos junto a atarjeas romanas, los restos de una torre medieval o de una muralla de origen romano. Con una arquitectura limpia y pura, sin pretensiones, se consigue crear un nuevo espacio que permite proteger y mostrar estos restos, además de albergar los archivos de patrimonio histórico. Para ello se emplean técnicas tradicionales y complejos sistemas estructurales que permiten, entre otras cosas, estabilizar el fuerte desplome de la fachada.Fotografía: © Javier CallejasEn un solar muy reducido en extensión (163,50 m²), y limitado por tres medianeras, converge un amplio espectro de riqueza patrimonial. Por un lado, en el plano horizontal, los restos arqueológicos subyacentes de una estructura pretérita de pozos ibéricos a la que se superpone un sistema de atarjeas romanas. Por otro lado, en el plano vertical, los elementos emergentes de una torre medieval del sistema fortificado de la ciudad así como restos de la muralla romana. Y, por último, la estructura de muros de carga de un edificio que sufrió los estragos del terremoto de Lisboa de 1755 y que aún permanecía en pie.Fotografía: © Javier CallejasBajo estas premisas los autores se plantean rehabilitar un espacio que sacara cada uno de estos elementos históricos y fuera cosido dentro de una arquitectura limpia, sobria y sencilla, una arquitectura que será un contenedor de patrimonio. El proyecto construido por tanto será un recorrido entre los vestigios que el pasado ha ido dejando, para entre ellos generar un nuevo espacio con un doble uso: en una nueva planta superior el uso de archivo y en la inferior el de sala expositiva.Fotografía: © Javier CallejasLa nueva arquitectura generada permitirá reconocer cada uno de los elementos patrimoniales de forma independiente mostrando diferentes ventanas al pasado: unas en el suelo, que evidencian las construcciones ibéricas y romanas, frente a otras en los muros, que dejan entrever la muralla romana junto a los restos de la torre medieval.Fotografía: © Javier CallejasLa reconstrucción patrimonial se ha llevado a cabo mediante sistemas tradicionales locales mientras que la obra nueva se ha conseguido con novedosos sistemas estructurales. El fuerte desplome de la fachada (más de seis grados) se ha conseguido estabilizar mediante una estructura pendular que permite arriostrar la coronación del muro.Fotografía: © Javier Callejas

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3/22/2016

La Casa Gerês, en Vieira do Minho, está emplazada en el Valle de Caniçada, un paraje rural a cuya silueta se enfrenta al situar su alargado volumen de manera transversal a la pendiente. De la demolición de una pequeña casa preexistente debido a los más que probables deslizamientos de tierra provocados por la pendiente del terreno y la cercanía de un arroyo, surge esta nueva construcción, quien se relaciona con la tierra de una manera mucho más espontánea.Fotografía: © Hugo Carvalho AraújoAprovechando el fuerte desnivel y las privilegiadas vistas sobre el paisaje, la casa se ancla en el suelo al lado de la corriente del arroyo y de un pequeño lago que se forma a su costado, y nos permite el acceso desde el nivel superior, de forma que antes de entrar nos regala una visión panorámica de todo el entorno, enmarcada por su cubierta de madera, y una vez dentro nos da la oportunidad de redescubrir la zona baja de la ladera, que desde la entrada solo conseguíamos atisbar.Fotografía: © Hugo Carvalho AraújoEl edificio se compone de dos elementos: un volumen grande de madera y la base de hormigón sobre la que descansa, que se extiende a su vez sobre la tierra y a la misma cota que el lago. El uso de estos dos materiales se introduce dentro de la casa, que no busca crear unos espacios convencionales de programación, sino más bien espacios grandes, funcionales y polivalentes, donde el placer y el trabajo son mixtos. La zona social de la casa asume especial relevancia, materializada en un gran salón central que se expande hacia el exterior a través de una amplia terraza.Fotografía: © Hugo Carvalho AraújoLa cocina y los servicios se organizan en una banda en el mismo piso de la sala de estar. Por otro lado, el programa más íntimo se sitúa en un segundo nivel, que no es ajeno al resto de la casa ya que se relaciona con la sala de estar mediante una zona de doble altura.Fotografía: © Hugo Carvalho Araújo

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3/16/2016

En el enclave natural de els Turons de les Tres Creus, rodeado por un entorno metropolitano muy fragmentado y vinculado al yacimiento arqueológico de Can Tacó, se plantea la necesidad de proyectar unos lugares previos a una zona con un gran interés natural y arqueológico. Poner en valor las condiciones del conjunto, informar del alto valor patrimonial del yacimiento y entender el carácter genuino de la montaña como elemento que estructura la biodiversidad, son las principales intenciones de esta propuesta. Adecuar el espacio natural del yacimiento y mejorar la conservación de los restos arqueológicos, definiendo para ello un itinerario que ayude a su comprensión.Fotografía: © Aitor Estévez, Toni GironèsUn pequeño punto de información polivalente, junto a los restos patrimoniales, orientado al este y excavado en la pendiente natural, una cubierta mirador, un gran pino como sombra permanente a poniente sobre un hemiciclo en gradería y dos agrupaciones de encinas y robles sobre dos planos horizontales insertados en el bosque y con sombras construidas con el mejor de los materiales; son elementos que disponen el espacio, contienen el tiempo, gestionan la temperatura y transmiten energía. Diferentes lugares concatenados que se reconocen y ponen en valor, lugares de oportunidad que, por sus condiciones y en un clima mediterráneo, son potenciales soportes de actividad en la gestión de lo público como espacio de convivencia. Interviniendo mínimamente e interpretando unas condiciones en relación a su habitabilidad desde la experiencia cotidiana del usuario, potenciando el intercambio y entendiendo que el proyecto se sustenta sobre todo en el vivir el lugar más que en el hecho de edificar.Fotografía: © Aitor Estévez, Toni GironèsPara ello se interviene en las tierras acumulándolas fuera del yacimiento y, a la vez, reorganizándolas junto con las gravas y las rocas en una nueva disposición, confinadas entre mallas de acero. Aunando la piedra con el acero empleado en el proyecto se consigue que este se incorpore al paisaje, y se vuelva parte de los restos, delimitando, protegiendo y borrando las líneas entre lo preexistente y lo añadido.Fotografía: © Aitor Estévez, Toni GironèsEn la parte final del recorrido aparecen los restos de un antiguo palacio romano, escondidos entre la masa boscosa, como una serie de sucesivos aterrazamientos que hacen las veces de mirador natural.Fotografía: © Aitor Estévez, Toni Gironès

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3/14/2016

El proyecto de esta casa responde a la búsqueda de una arquitectura consciente de su pasado y liberada de sus límites, que pretende ser abstracta, transparente, fluida y abierta. Ubicada al norte del Perú, en Piura, Vichayito, alejada de la orilla y absolutamente aislada en la vastedad del desierto, la Casa Archipiélago explora una arquitectura atomizada. Utiliza el Tipo a escala doméstica, fragmentando el programa mientras se promueve la interacción en los espacios intersticiales centrándose no solo en la típica vista al mar, sino en la hermosa vista a las dunas y al desierto peruano.Fotografía: © Juan SolanoSe utiliza la idea del ensamble de distintas piezas que pueden albergar diversos usos y usuarios. Este ensamble replantea la relación entre los volúmenes, entre los espacios exteriores e interiores. Su condición aislada prescinde de frentes y laterales, para ser explorada desde todos sus lados y percibir el entorno de múltiples maneras.Fotografía: © Juan SolanoA pesar de estar sobre un terreno trapezoidal, el ensamble es ajeno al perímetro, generando e implantando su propio orden sobre el terreno. Cada volumen cuenta con un uso determinado y condiciones espaciales específicas. Es así que el salón, la habitación principal, las habitaciones secundarias y el volumen de servicio se separan para establecer tensión entre ellos, generando espacios informales donde reunirse y realizar distintas actividades. Aparecen entonces los usos no determinados entre los edificios.Fotografía: © Juan SolanoSe interviene la pendiente pronunciada en el eje norte-sur mediante un podio que busca dilatar los límites y contener el espacio. Este podio nos permite transformar el territorio en un límite inequívoco de las piezas que contiene. Estas parecen miembros de cuerpos indiferenciados y adquieren las lógicas de un archipiélago: un grupo de islas sobre un mar que las separa y las une al mismo tiempo.Fotografía: © Juan SolanoSe elige una materialidad estéril que permita diferenciar la arquitectura del entorno; que haga evidente la presencia de un objeto artificial en la naturaleza. Se busca también que la arquitectura sea transparente, permitiendo ver a través de los volúmenes para percibir el Océano Pacífico desde las dunas del desierto.Fotografía: © Juan SolanoEl ingreso se compone mediante la tensión entre prismas abstractos. La habitación principal es un cubo de seis metros, independiente, alterado por sus requerimientos espaciales y visuales exteriores. Su interior es austero y se utiliza la madera de pino en un estado rústico. Las diferentes visuales forman parte de la experiencia interior, buscando dilatarlo hacia nuevos límites. El piso exterior se convierte en una materia continua, un alfombra, que se desliza por el podio, enmarcando la poca vegetación del desierto.Fotografía: © Juan SolanoEl salón principal se configura mediante un volumen horizontal, abierto y transparente. Una cobertura única de un solo nivel que genera la sombra necesaria para albergar las distintas actividades sociales. Los volúmenes posteriores de las habitaciones buscan mayor altura para aprovechar las visuales distantes. El podio aparece como un elemento unificador de los volúmenes, pero diferenciador del entorno. Los espacios residuales, contenidos por la agrupación de los volúmenes, difuminan el límite entre lo propio y lo ajeno, vinculando el horizonte a través de ellos mismos.Fotografía: © Juan Solano

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3/9/2016

Esta vivienda unifamiliar, de línea racional y depurada, se emplaza en Foros de Almada, a una hora de Lisboa, en una propiedad rodeada de eucaliptos y pinos situada en medio de un claro. Una estructura reticular de dieciséis pilares soporta y eleva una enorme caja de hormigón, alejándola del suelo y dejando al nivel de este solo dos accesos, uno de ellos una escalera con un pequeño hall destinado a la familia y otro dirigido al servicio de la casa junto con un pequeño aseo y una zona de lavandería. Fotografía: © Daniel MalhãoEl programa se organiza en una sola planta, la superior, y está distribuido en forma de tiras que organizan el espacio, pudiéndose distinguir tres grandes bandas. Una de ellas se corresponde con los accesos desde el nivel del suelo y alberga las zonas de uso común, como la sala de estar y el comedor, dos terrazas y una cocina a la que se accede tanto desde la misma planta como desde la entrada de servicio. Fotografía: © Daniel MalhãoLa banda intermedia ejerce de filtro dentro de la propia casa, para separar la zona más privada del resto. Contiene entre otras estancias los baños y salas de estudio, pero lo más característico son dos grandes patios desde los que entra luz natural a toda la casa, y donde podemos encontrar un árbol que se eleva en medio de la propiedad. Surge así un espacio exterior, pero que se siente como parte privada de la vivienda. Fotografía: © Daniel MalhãoLa zona más alejada de la entrada acoge una última tira en la que se encuentran todos los dormitorios de la casa, incluidos los del servicio. Un balcón que recorre toda esta fachada Este y al que se abren todas las habitaciones es el encargado de unificar todo el espacio tanto espacial como visualmente, y de crear una continuidad. Fotografía: © Daniel MalhãoEl encofrado de madera del hormigón visto es el que le da su apariencia, tanto en techos como en paredes, usándose en particiones y carpintería elementos de madera, para diferenciarse de la parte estructural, y empleando en las aperturas, tanto a los patios interiores como al exterior grandes, paneles de vidrio con el fin de ampliar la casa al valerse del espacio a su alrededor. Fotografía: © Daniel Malhão

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3/7/2016

Un espectador activo que pretende embeberse del espíritu del bosque e integrase en la naturaleza circundante, huyendo de la sensación de sentirse un intruso; esa es la carta de presentación de la casa SV, emplazada en la ciudad costera de Pinamar, a 360 Km de Buenos Aires. Del encargo de una vivienda de verano, surge este proyecto que ha sabido aunar el peso del hormigón y su introspección con una permeabilidad que se abre a la vegetación exterior, invitándola a ser partícipe de la vida que tiene lugar en su interior. El acabado que se consigue de las losas de hormigón, como si fuesen lamas de madera, junto con las hojas de vidrio hace que esta casa adquiera un aspecto de escultura monumental pero sin intención de perturbar la visión del bosque desde dentro.Fotografía: © Daniela Mac AddenEl acabado exterior del hormigón se hace también patente en el interior de la casa en techos y paredes y otorga al proyecto una continuidad que, sumada a la sencillez de los encuentros y terminaciones, nos permite entenderlo como un todo. Además, permite en el interior un fácil mantenimiento, a la vez que en el exterior se muestra vulnerable al azote del tiempo, dejando que poco a poco el bosque deje su huella.Fotografía: © Daniela Mac AddenResuelta en una sola planta, esta vivienda de volumen longitudinal está acotada en dos de sus lados por calles de barrio típicas de la localidad. Genera el acceso por el lado más largo, mientras que en los lados opuestos se abre al bosque. Se estructura en tres grandes bloques: dos zonas privadas en los extremos de la planta rectangular y una zona central destinada a la vida en común para el encuentro, tanto dentro como fuera de la vivienda.Fotografía: © Daniela Mac AddenLos tablones de madera rojos empleados en el pavimento del espacio exterior de entrada a la sala de estar conforman la transición perfecta al aportar por un lado el mismo acabado que el propio hormigón y por otro lado las tonalidades del bosque.Fotografía: © Daniela Mac AddenEl mobiliario se resuelve de manera sencilla, elegante y del mismo material, reforzando esa idea de unidad. A un lado de la sala central encontramos una zona con chimenea y en el otro la cocina, que brinda a su vez otro punto de acceso a la vivienda.Fotografía: © Daniela Mac AddenLas grandes aperturas de huecos permiten la entrada de luz natural en todas las estancias de la casa, no siendo obstáculo para alcanzar la privacidad ya que se concentran en la cara interior que da al bosque. En las caras que enfrentan la carretera los dormitorios se vuelven opacos y se prolongan los muros con respecto a la planta.Fotografía: © Daniela Mac AddenLa mesa de hormigón del dormitorio principal se prolonga hacia el exterior y crea un pequeño banco donde sentarse, reforzando aún más la intención de romper los límites y crear una conexión con el entorno.Fotografía: © Daniela Mac Adden

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