Esta galería, situada en un céntrico barrio berlinés, deja claro desde el primer momento sus necesidades: espacios amplios y diáfanos para las salas de trabajo y exposición y, sobre todo, luz, mucha luz. Partiendo de estas dos necesidades, el edificio se apoya en los testeros ciegos y se abre completamente a las dos caras exteriores mediante materiales translúcidos que destacan de forma significativa frente a las tradicionales viviendas del barrio. Estas fachadas se transforman en una abstracta y sugerente composición de texturas, --colores, luces y sombras donde las transparencias y los perfiles metálicos que conforman el cerramiento reflejan hacia el exterior la atípica sección del edificio.
El edificio, situado en el número 9 de la Brunnenstrasse ocupa un solar entre medianeras que contaba con un sótano, residuo de un proyecto inacabado de los años noventa. Situado en una zona de Berlín donde todavía se conservan las fachadas de piedra, destaca por su muro cortina formado por planchas de cristal y policarbonato. Construido en hormigón visto, cuenta con un acceso en doble altura y cuatro plantas diáfanas que reciben luz natural a través de las dos fachadas. Las tres primeras cuentan con sendas terrazas, que forman parte de la escalera de incendios. Todas las instalaciones del edificio se encuentran a la vista en la zona de sanitarios, que junto al ascensor, conforma una pieza exenta interior.
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