El hecho de incorporar una oficina a una vivienda generalmente va a asociado a reutilizar un espacio --marginado, como en la vivienda de los padres, de los abuelos o en cooperación con otros profesionales. El desafío de proyectar una oficina en un terreno de 7x45 metros cuadrados que contiene una vivienda tipo chalet en medio se encontraba en evitar dañar la relación de esta con el barrio y en lograr generar una independencia entre ambos usos.
Fotografía: © Nicolás Morales
Uno de los conflictos principales en un programa de oficina en una vivienda es la privacidad. Todo profesional que ha trabajado en su casa conoce el calvario con los hijos, con el perro, con el desorden cuando viene un cliente. Por esa razón se pretende aprovechar la oportunidad brindada por el terreno y apartar lo máximo posible el artefacto nuevo del antiguo. Intervenir con independencia. El diálogo de dos tipologías y funciones discordantes concebidos en diferentes épocas genera tensión en el lenguaje que dificulta la comunicación morfológica del conjunto, pero que a su vez genera autonomía integral.
Fotografía: © Nicolás Morales
La materialidad se concreta con 2 vigas invertidas, plegándose una de ellas para generar una mesa de trabajo longitudinal. Al oeste se realiza un muro de ladrillo visto prensado con trabas salientes al interior que sirven de estanterías, y que arrojan sombra para mitigar la radiación, al exterior.
Fotografía: © Nicolás Morales
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