En medio de un bosque denso en la ciudad de Joinville, Brasil, encontramos esta vivienda de UNA Arquitectos, estudio formado en 1996 por cuatro arquitectos graduados en la Faculdade de Arquitetura e Urbanismo da Universidade de São Paulo.
El acceso a la casa es a través de un camino de piedra situado en la cota más alta del lugar, de forma que la vista se puede extender sobre la casa y ver, al fondo, la sierra enmarcada por la naturaleza.
La implantación en el lugar se vio fuertemente marcada por la pendiente y la presencia de árboles, de tal manera que se optó por un edificio estrecho que acompañara las curvas de nivel. Así, la solución lineal permitió una continuidad entre los espacios abiertos y cerrados del piso inferior. Este alberga las áreas de estar, piscina y servicios, todo construido como un volumen de hormigón. Esta parte de la casa actúa, a su vez, como cimiento de la misma, conteniendo el terreno y protegiéndola del exceso de humedad.
El segundo piso, situado sobre la base de hormigón, se pensó en su totalidad en madera para cubrir rápidamente el espacio de trabajo y protegerlo de las frecuentes lluvias. En los dos extremos de la casa están los espacios colectivos, oficina y salón. Los dormitorios se concentran en medio de la franja. Un vacío en este piso permite una doble altura a los espacios comunes y la conexión visual de las dos plantas. El volumen está recubierto por vidrio. Esta pieza transparente y reflexiva se encuentra al nivel de las copas de los árboles, usándolas como parte compositiva del proyecto. El denso follaje protege del exceso de luz y, a su vez, diluye el volumen superior.
Las escaleras externas e internas son un volumen longitudinal rojo, construido a partir de una técnica comúnmente usada en la región de cemento quemado y pigmentos; y alberga nichos para chimeneas, horno y baños, en un acto de horadación.
Ubicación aproximada:
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