El proyecto, ubicado en la ciudad mexicana de Guadalajara, busca crear una arquitectura introspectiva, que se envuelve en sí misma y en la que la intimidad es la máxima prioridad. La casa está formada por dos paralelepípedos superpuestos y con las aberturas necesarias para enmarcar las vistas hacia el bosque de la Primavera, cerca del cual se sitúa.
La distribución del programa responde a la orientación del terreno: este-oeste, en donde la zona de salón-comedor se ubica al oriente para recibir la luz y el calor de la mañana y las zonas de servicio al poniente y al norte.
Un muro perimetral se levanta para evitar las vistas a la calle y al garaje, generando un jardín interior que se vuelve el corazón de la casa. Este muro es el elemento estructural fundamental de la construcción. La sencillez de la estructura permite una planta libre y flexible en la que la escalera queda oculta entre dos muros, dividiendo las áreas públicas y privadas de la vivienda.
En la planta superior los muros perimetrales se prolongan hacia el frente, volando sobre el jardín y el garaje y encerrando la casa sobre sí misma. Este espacio generado obliga al usuario a levantar la vista hacia el cielo y a descubrir la relación con el jardín de la planta baja.
Ubicación aproximada:
Entradas relacionadas:
(Envíanos tus propias fotografías de esta obra)