El encargo supone la construcción de una casa unifamiliar en un solar complicado ubicado entre calles residenciales, densamente pobladas, de una zona muy concurrida del oeste londinense. La parcela se encuentra rodeada por tres edificios de mayor altura y solamente es accesible por un paso de carruajes que traspasa la fachada de una de las viviendas adyacentes. La forma de la planta es incomprensible desde el interior (y totalmente alejada de la tipología de vivienda familiar propia del lugar en que se encuentra), pero se percibe libre y fluida, como si una fuerza interna presionara las paredes y el techo contra los edificios colindantes.
Los suelos y los muros, tanto en el exterior como en el interior, son de un único material: el ladrillo, cuyo uso unifica todo el edificio. La combinación de éste con el mortero altera las superficies, como si se estiraran, se doblaran y giraran, dándoles una apariencia elástica. El techo de la planta de arriba es de hormigón in situ y adopta diferentes niveles para crear distintos espacios.
Desde el exterior, la vivienda sólo se percibe por medio de vistas parciales desde la acera o desde las ventanas de las viviendas circundantes. Una gran puerta, dentro de la fachada victoriana, se abre hacia una rampa que asciende lentamente. Ya en el interior, el recorrido se desarrolla desde espacios muy amplios hacia otros cada vez más íntimos y recónditos.
Texto publicado en la revista Arquitectura COAM nº 355 (2009)
Ubicación aproximada:
Entradas relacionadas:
(Envíanos tus propias fotografías de esta obra)