3/14/2019
Pasajes residencialesReconocida en sus inicios como “la Calle Real”, la Carrera Séptima se traza como el eje principal de Bogotá y, a lo largo del tiempo, ha sido la encargada de tejer la ciudad de Sur a Norte.En 1948, el Bogotazo devasta el centro histórico, años después una serie de actos urbanos van generando una ruptura urbana estableciendo dos marcados polos. La histórica interacción entre las que fueron las plazas más importantes de la ciudad colonial, la Plaza Bolivar y la Plaza de Las Cruces (antigua Plaza de Armas), queda interrumpida. Entorno a la primera, se alza una barrera de edificios gubernamentales que dan la espalda al barrio de Las Cruces, fomentando así su estigmatización y olvido.Pasajes Residenciales y la recuperación del sistema hidráulico de la fuente de la Garza son parte de una serie de acciones estratégicas que buscan rescatar la conexión entre ambos lados de la ciudad y una apuesta para la recuperación de este sector fuertemente deteriorado.El proyecto está formado por tres edificios de vivienda de bajo costo, que se adaptan a una tipología histórica que estaba desapareciendo, los pasajes; y así mismo conforman el perfil urbano. Esta intervención demuestra que es posible volver a habitar el barrio desde el entendimiento de su historia.El objetivo principal de Pasajes Residenciales ha sido crear, con un presupuesto reducido, una vivienda digna y profundamente humana, que se integra de forma sutil en un contexto con valor patrimonial y gran potencial urbano.Para ello, se proponen tres variaciones arquitectónicas que se adaptan al tejido urbano existente: un catálogo de posibilidades que impulsa la generación de nueva vivienda en Las Cruces sin perder su carácter.El proyecto mantiene la escala humana característica del sector. Para ello, en contraposición a los edificios masivos y homogéneos que caracterizan la vivienda económica de Bogotá, se recurre a estrategias formales como los cambios de altura, juegos de luces y sombras, los reflejos y los juegos de perspectiva, así como proyectar el vacío como espacio esencial en cada uno de los tres edificios.
La elección de mantener la tipología existente posibilita la conformación del perfil urbano y la creación de comercio en la planta baja lo cual reactiva la vida de barrio.En el interior, una de las estrategias para lograr calidad arquitectónica con bajo presupuesto ha sido entender el vacío como parte esencial del proyecto. El diseño de cada uno de los patios interiores logra, no solo obtener riqueza espacial, sino ofrecer una gran variedad de maneras de habitarlo: se intercalan espacios contemplativos y silenciosos con lugares de encuentro y recreación.El espacio privado está formado por gran diversidad de viviendas, un abanico de posibilidades abiertas a las necesidades de sus habitantes. Esto garantiza una heterogeneidad vecinal que enriquece la vida comunitaria. Son viviendas con relación directa a los patios y jardines y con visuales lejanas a la ciudad y a las montañas pero, sobre todo, son espacios que dan posibilidad de una vida digna.
3/7/2019
Mikhuna, un espacio para habitar el tiempo“Concebir la arquitectura a partir de la idea de habitar significa construir el espacio desde dentro, no desde fuera, como acto exterior y distanciado, esta inversión de la mirada permite resistirse a la idea de la forma.”(Anne Lacaton, 2017)Un desafío para cualquier proyectista es el enfrentarse a un entorno en el que el paisaje se muestra preponderante y ante el cual ninguna intervención pasará desapercibida, para los ojos críticos, condenará a los autores al cielo o al infierno. No cabe duda que el responsable quehacer arquitectónico en los Andes equinocciales requiere un agudo conocimiento del territorio pero, por sobre todo, es necesaria la prolija continuidad de acertadas decisiones.Mikhuna Trade es una empresa nueva que provee al mundo productos orgánicos, a partir de la quinua y el amaranto de pequeños productores ecuatorianos. Productos que preservan el medio ambiente y evitan el uso de sustancias químicas. En la necesidad de un nuevo espacio han encontrado a poca distancia de la mismísima Mitad del Mundo, en estrecha relación con el volcán Pululahua, un lugar para su nueva sede y son TEC Taller EC los arquitectos que desarrollaron el encargo.
Ante la complejidad del reto la propuesta es sencilla. En el terreno de 6000 m2, un volumen de aproximadamente 300 m2, se abre al cielo para bañar el interior de luz. Una empresa en crecimiento necesita proyectarse al futuro y la repetición del módulo permitiría una progresión espacial. Ahora nos encontramos con tres módulos sucesivos abiertos al firmamento, una apuesta por el sentido común, cargado de un altísimo grado de sofisticación y de reflexión.“Las experiencias arquitectónicas profundas son acciones, no objetos” (Pallasmaa, 2016). TEC Taller EC no ha diseñado el objeto, sino los caminos que conducen a él, han entendido el entorno en su fenomenología, el encargo en su dimensión temporal y el interés de añadir un elemento poético a lo racional.Se trata de una estructura libre y espaciosa, una carcasa compuesta por un basamento de bloque negro de cemento y una cubierta metálica que en conjunto consigue, con la mínima materia posible, la máxima cantidad de metros cúbicos habitables además de calentar, proteger del viento, ventilar, proporcionar sombra y aislar. Una respuesta ante la tipología de fábrica industrial de cubierta con cumbrero muy común en la región.
El programa arquitectónico se divide en dos espacios; uno que alberga toda la parte rígida de oficinas y zona húmeda, y el segundo, que alberga la maquinaria donde tiene lugar la actividad principal del proyecto con el desarrollo de productos de quinua. El espacio resultante no fue concebido como un objeto, sino como un ejercicio de valoración de fenómenos y realidades en respuestas a los requerimientos del encargo y al lugar de emplazamiento. Ha sido, la prolija lectura de la información y su correcta interpretación, las que determinan el sistema que ordena el volumen que se lee y trabaja en sección.Al interior los rayos del sol han sido interceptados, se está a la sombra sin haber perdido la luz, en una volumetría interna que permite diferentes alturas bajo una luz homogénea. El espacio funciona a modo de un invernadero abierto al sureste, captando los rayos de sol de las primeras horas de la mañana para que no sea necesario calentar el espacio interior usando otros medios. Por esta razón el consumo energético es muy bajo.“El sol es desde lejos el mejor calefactor, la mejor fuente de luz y la más agradable” (Anne Lacaton, 2017).
Desde el exterior la arquitectura no se esfuerza por desaparecer, se percibe ordenada como producto de sus lógicas interiores enfocando la relación entre el interior y el exterior a través de la apertura superior. Se imagina como una correspondencia de conexión, de intercambio y de paso, una aproximación al clima a través de la estructura, a la naturaleza como un hecho, como un fenómeno, y no solo como imagen.
2/28/2019
Casa Catuçaba, BrasilSituada sobre el valle, a una altitud de 1.500 metros, la casa tiene una fuerte relación con la naturaleza autóctona, abundante durante la mayor parte del año. Esto permite autonomía a la hora de generar energía. La premisa principal del proyecto es hacer eficiente el consumo de energía y a la vez ofrecer confort al usuario, comenzando por la sencillez de contacto con la naturaleza.Su estructura prefabricada de madera FSC se mantiene apoyada en el terreno a través de unos pilares, sin tocar directamente el suelo, respondiendo bien a la necesidad de construir sobre un paisaje accidentado, alejado de la ciudad y de difícil acceso.Sobre este terreno se dispone una cubierta también hecha de madera certificada y un suelo de ladrillo arcilloso a partir de la tierra local. De esta misma tierra se construye la casa. Las divisiones de la casa son marcos de madera con aislamiento de lana de PET, lo que la convierte en una casa ambientalmente correcta.Los marcos con ventanas dobles garantizan el confort y la ventilación. La cubierta es una plataforma de madera con vegetación que integra la casa con el paisaje que la rodea y que recompone la zona del terreno sombreada por ella. En el vasto paisaje, la casa crea un vínculo entre lo que se construye y lo que es natural.Este proyecto ha recibido la Certificación Platinum del Green Building Council Brasil, al más alto nivel posible. Este es el primer proyecto brasileño en recibir esta certificación de alto nivel.
2/21/2019
Refugio atalaya en el desierto de SonoraSobre la idea del refugio.Fue en marzo de 2016 cuando comencé a hablar con mi mentor Aaron Betsky. En esa reunión, Aaron me hizo algunas preguntas fundamentales para el refugio:-Encontrar un sitio-¿Qué quiere ser este sitio?-¿Cómo quiero estar en este sitio?-¿Cómo mi diseño refleja lo que he aprendido como estudiante en Taliesin?-¿Qué hace que este sitio sea parte de Taliesin?-¿Cuál será el sitio después de que me vaya?Estas preguntas fueron cruciales para mí para entender el territorio Taliesin y para desarrollar un principio en arquitectura, una observación arquitectónica que pudiera responder al paisaje del desierto de Sonora. Estaba caminando por el desierto cuando encontré a mi compañero de estudios, Carl Kohut. Me habló de un sitio hermoso y me lo mostró. Caminamos por un camino que nunca había visto. Todo era nuevo para mí y de repente vi un lugar nuevo. Inmediatamente supe que este era el sitio correcto.Era como un lugar secreto escondido cerca del estero, cubierto por las sombras de los árboles y el cual contemplaba el estero y el desierto. La entrada al sitio está formada por la Alameda de Palos Verdes. Esto crea la apertura al sitio y al atardecer, el sitio se convierte en un destilador de la luz. Las montañas son ahora de color púrpura. El paisaje es una ópera de colores.
A partir de esa observación del lugar, mi principio fue desarrollar una procesión de entrada que me permitiera habitar dentro del horizonte de la Alameda de los Palos Verdes. Por eso, el nombre del proyecto es "Atalaya". Es el punto más alto del mástil de un barco donde se puede ver el horizonte a través del océano. Usé el zócalo existente del lugar como un pedestal que sostiene esta estructura y continué la procesión con una combinación de muro-escalera. El refugio se cubre con paneles de tela que amplifican los colores del desierto.Taliesín. LaboratorioComo joven arquitecto, Taliesin es un gran laboratorio donde se pueden probar principios en la arquitectura, como diseñar y construir, la logística, el cronograma, los materiales, el paisaje, todos estos factores son cruciales para entender cómo el arquitecto puede gestionar la disciplina en la arquitectura. Para mí es un privilegio continuar el legado de aprender haciendo en Taliesin.
2/14/2019
Casa PEn la localidad de Funes, una extensa zona urbana de baja densidad a pocos kilómetros de la ciudad de Rosario, una casa de fin de semana debe ser ampliada y reformada con el objeto de alojar con mayor frecuencia a una familia y sus nuevas generaciones.El proyecto se resuelve mediante la reinterpretación de los espacios intersticiales comprendidos entre la construcción existente y los límites del lote. Mediante simples operaciones, aprovechando la hermeticidad y posición de la antigua vivienda, se organizan los usos privados que demanda el nuevo programa de tres dormitorios y un baño. Bajo una serie regular de perfiles metálicos que colonizan y reordenan las porciones del terreno circundante a la casa, se dispone el área de uso social. Hacia el sector sudoeste del lote, indefinido y en desuso, una serie de bovedillas de hormigón armado entre perfiles aloja la galería, cocina, estar-comedor y servicios, incorporando el antiguo quincho.Ya definida el área cubierta, en los sectores restantes los perfiles son cubiertos por una trama de hierro macizo, convirtiéndose en pérgolas y componiendo patios interiores protegidos por paneles de rejas tanto fijas como móviles. Bajo la misma secuencia, tamizada por listones de madera, estacionan los vehículos al extremo este del solar. Estos espacios intermedios brindan sombra, seguridad a las expansiones y diluyen sucesivamente la noción de fondo/frente y exterior/interior. La paleta material monocromática adoptada acentúa la secuencia de desmaterialización de la construcción hacia el jardín y a la vez establece un dialogo tectónico con la vivienda preexistente.
2/7/2019
La PotocineLa Potocine (2016) es un proyecto de autoconstrucción y autogestión cultural de la primera sala de cine no comercial y de gestión colectiva de Ciudad Bolívar, Bogotá, Colombia.El contextoPotosí es un barrio situado en el borde urbano-rural de la localidad Ciudad Bolívar en Bogotá (Colombia). Se trata de un contexto golpeado por el desplazamiento forzado, la delincuencia, la exclusión e inequidad social y territorial. Tiene un déficit alarmante de espacios públicos y comunitarios, aunque cuenta con sofisticados mecanismos de organización comunitaria y barrial, herencia de las dinámicas de autoconstrucción barrial de los años 80, y de organizaciones comunitarias de base.En 1984 se funda el Instituto Cerros del Sur –que hará la cesión del lote para la construcción de la Potocine-, como iniciativa comunitaria de educación popular, conformándose como un nodo de espacio público y cultural en el territorio. En este lugar confluyen múltiples proyectos de activismo social, cultural y medioambiental. Entre ellos se encuentra la principal contraparte del proyecto: el colectivo “Ojo al Sancocho”, que desarrolla su escuela y festival de cine comunitario en el barrio Potosí, como mecanismo de formación y des-estigmatización territorial, desde hace 10 años.La propuesta y el desarrolloLa propuesta parte de la necesidad de una sala de cine no comercial en Ciudad Bolívar: un referente simbólico de la reivindicación de derechos culturales en las periferias urbanas segregadas. El proceso de autoconstrucción permite explorar dinámicas organizativas, colectivas e intercambios de saberes entre los participantes, con un fuerte énfasis en el proceso audiovisual y la lectura de múltiples componentes territoriales.El diseño del espacio está condicionado por muchos de los limitantes de un proceso que no tiene apoyos institucionales de envergadura, pero también por las múltiples herramientas sociales, técnicas y organizativas con las que si contábamos. El predio que cede el Instituto está conformado por dos bases de hormigón en la que se situaban, al origen, dos casetas prefabricadas que habían formado parte del origen de la institución. Se decide conservar la superior, de 65m2, que programáticamente incluirá el acceso principal, la sala de talleres, sala de producción audiovisual y de sonido; interviniendo solo con divisiones, pintura e iluminación. Conectada con este acceso, pero en la parte inferior se construirá la caja negra: La Sala Potocine, de 75m2. El desnivel existente entre las dos bases, de 2,4 metros, en relación con la longitud del predio disponible, permite la pendiente adecuada para la incorporación de las gradas.Se diseñó la estructura principal en guadua (bambú Colombiano), por la experiencia constructiva que tenemos, la economía y facilidad de manejo en proceso de autoconstrucción. La caja negra se consigue a través de un revestimiento interior de teja termoacústica, garantizando detalles para la ventilación sin comprometer el aislamiento lumínico.El contraste entre la estructura de guadua (cálida, artesanal y tradicional) y la estructura secundaria en perfilería tipo drywall (estandarizada y universal) pone en valor el contenedor que alberga la caja negra, como elemento central de la arquitectura.
Finalmente, una piel translúcida de policarbonato alveolar nos permite impermeabilizar el espacio, incluir iluminación en el área de la doble fachada –convirtiéndolo en un foco en la noche- y dejar los detalles estructurales como protagonistas de la fachada.La estructura de los sillones de la sala de cine se construyen con la prolongación de la estructura de las cerchas que definen la grada y con textiles que, cosidos por varias mujeres del barrio, conforman un sistema de cómodas, económicas y versátiles “sillas playeras”.El proceso de autoconstrucción, desarrollado los fines de semana durante 5 meses consecutivos, se diseñó para poder preensamblar la máxima cantidad de piezas (especialmente las cerchas de cubierta y de la grada), permitiendo conformar varios núcleos de trabajo al tiempo, adaptados a varios perfiles de participantes.La sala funciona desde octubre de 2016, albergando una programación de cine permanente, siendo “sede comunitaria” de festivales de cine internacionales en la ciudad, y como espacio de encuentros barriales y de apoyo a las actividades del Instituto.FinanciaciónEl proyecto se hace posible a través de una estrategia dialogada con el equipo curatorial de la exposición “Fear and love: reactions to a complex World” en la que se exhibió el proceso entre 2016 y 2017 en el Desing Museum of London. Además, se contó con el programa de concertación cultural del Ministerio de Cultura Colombiano y la Consejería Cultural de la Embajada de España en Colombia.
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